El gobernador Alberto Weretilneck inauguró hoy el período de sesiones ordinarias de la Legislatura de Río Negro. Utilizó una hora de su discurso que se extendió por más de tres a mencionar y reconocer a los trabajadores del SPLIF, bomberos voluntarios, la Brigada de Montaña de la Policía y al personal del hospital de El Bolsón por su labor en la lucha contra el incendio, que afectó a más de 3.800 hectáreas.
El reconocimiento fue extensivo a los vecinos de El Bolsón y a todos aquellos que colaboraron desinteresadamente en esta catástrofe que vivimos a partir del 30 de enero.
Luego hizo foco en la generación de recursos y empleo para la provincia a partir del desarrollo minero e hidrocarburífero. Defendió el cobro de regalías y la prioridad de los trabajadores locales. Aseguró que las políticas del gobierno nacional ponen en crisis a todas las actividades económicas regionales, y pidió un nuevo esquema de coparticipación. Aseguró que las decisiones que se tomen este año tienen que estar dotadas de «sensibilidad, empatía, tolerancia y diversidad», con impronta democrática.
Realizó un repaso por las diferentes áreas del Estado y anunció obras e inversiones en materia de salud, educación y seguridad. Ponderó los acuerdos salariales y el diálogo con los gremios, a pesar de las lógicas diferencias, la relación con los municipios y comisiones de fomento, y el equilibrio y el superávit fiscal pese a los recortes de fondos nacionales y la caída en las transferencias.
Weretilneck también destacó en su discurso la estabilidad política, la seguridad jurídica y la licencia social que imperan en la provincia, como marco de seguridad para las inversiones con clara independencia de los Poderes del Estado.
El gobernador dejó claro que su posición sobre las inversiones en materia de energía: «las recibimos, las queremos, las valoramos, pero también tienen que dejar beneficios a las personas y al Estado», aseguró. «Hemos tenido discusiones sobre qué beneficios percibirá la provincia, los municipios y el comercio», admitió y se metió de lleno en el debate que las petroleras ventilaron en los medios.
«Dicen que a este gobernador se le ocurrió de repente y antojadizamente cobrar el 1% de regalías por la producción», dijo. «Sepan que esta provincia puso como condición, desde el primer día en que se modificó la Ley que impedía la exportación de petróleo por nuestras costas, las exigencias desde lo impositivo», reveló. «No somos improvisados ni cambiamos las reglas de juego», subrayó.
Afirmó que «Vaca Muerta Sur tiene que dejar beneficios. Estos proyectos significan sueños, utopías, cambios y les decimos a las empresas: no juegen con los sueños de los rionegrinos».
El gobernador no solo puso como premisa «primero, trabajo para los rionegrinos», sino que aseguró que «nadie puede minimizar el nivel del empresariado rionegrino», y aseguró que «hay obras que estamos en condiciones de hacer». Así, también blindó a las pymes para que evitar el ingreso de empresas foráneas.
«Sabemos del rol estratégico de Río Negro. No hay proyecto de desarrollo de Vaca Muerta sin Río Negro. El 80% de lo que ingresa y sale de Vaca Muerta pasa por Río Negro. La consolidación de Vaca Muerta es la exportación, y no hay posibilidad de exportación si no es por los puertos rionegrinos», advirtió, marcando la fortaleza desde la que está dando la pelea en favor de los intereses de la provincia. Incluso fue más allá y aseguró que «esto no solamente es el RIGI. Sin RIGI hubiesen elegido el mismo golfo por sus condiciones favorables», aseguró.
Economías Regionales
A pesar del boom energético, Weretilneck confesó que «se empieza a notar el impacto de las políticas nacionales sobre el sector productivo rionegrino». En ese marco aseguró que -excepto la industria de la minería, el gas y el petróleo- «todas las actividades económicas están pasando por un momento de crisis», y alentó: «tenemos trabajar para salvar de la quiebra a las empresas, comercios, la fruticultura y la evitar la pérdida de empleo».
Y si bien reconoció que «nadie puede estar en contra de bajar la inflación» (algo que marcó como único punto favorable de la política económica nacional), indicó que «hay aspectos que no son favorables» para Río Negro, y vaticinó un año complejo. De todos modos, no especificó un plan de contención en consonancia con la crisis que avisora.
Para colmo, detalló las pérdidas que recayeron sobre Río Negro desde el inicio del gobierno de Javier Milei (a quien no nombró en ningún pasaje de su discurso), y cuestionó el esquema de coparticipación, donde el Estado nacional recauda la riqueza que producen las provincias, y luego reparte.
Trazó una línea histórica de cómo los estados subnacionales fueron perdiendo un gran porcentaje en esa distribución, y cuestionó que con menos recursos las provincias y los municipios tienen que afrontar cada vez más demandas. «Han abandonado nuestras rutas, no hay más obras de saneamiento ni plan de vivienda, tampoco ayuda a los municipios. Se terminaron los aportes a la educación, y a la salud. Es decir, el país aporta al Estado nacional un 70% de los recursos, y el Estado a las provincias no les da nada», se quejó.
«Este aspecto merece en el Congreso un debate» subrayó, y adelantó que «los gobernadores esperamos el consenso necesario para debatir el esquema impositivo».
Sobre ese reparto en Río Negro, anunció obras en municipios y comisiones de fomento para este año, con los dividendos de los fondos petroleros. Para ello se transferirán los recursos y cada localidad definirá el destino.
También adelantó que en abril, se pondrá un marcha un mecanismo para acomodar la coparticipación a partir de los datos del nuevo censo. Y nuevo esquema de distribución petrolera, ya que el vigente actualmente no refleja la realidad de municipios que tienen hidrocarburos en sus ejidos.
Finalmente el gobernador dejó una reflexión en estas épocas de alta crispación política. «Esperemos que la decisiones que tomemos a lo largo de este año tengan sensibilidad y empatía», y estén basadas en la «tolerancia, la diversidad y la convivencia democrática».
Destacó «el espíritu, la identidad, la solidaridad y el respeto» del pueblo rionegrino. Y consideró que «si los rionegrinos estamos unidos a partir de la tragedia (de El Bolsón), es un buen camino».
«Que Dios cuide a nuestra provincia, que Dios proteja a los rionegrinos», finalizó.

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