Se conoció en la mañana de este lunes la condena que recibió Emiliano Gatti tras ser hallado responsable de tenencia y facilitación de imágenes de abuso sexual infantil. El fallo fue para que cumpla con seis años de prisión. Fue leído mientras el periodista se encontraba conectado en una reunión de Zoom.
Según establecen los derechos constitucionales, lo que puede cambiar a partir de hoy son las condiciones con las que Gatti esperará la condena en firme -ya que la defensa adelantó que apelará si la pena que se le impone no los conforma-, ya que la fiscalía pediría el agravamiento, lo que podría implicar su detención si se considera que existe riesgo de fuga.
Luego de ser leída la sentencia, la Fiscalía solicitó al Tribunal que se dicte la prisión preventiva para el exconductor condenado. El riesgo de fuga fue el principal argumento del equipo fiscal. En contraposición, la defensa de Gatti se opuso y consideró un pedido «desproporcionado».
Cabe destacar que, el periodista radicó un cambio de domicilio y no se encuentra en la región. Actualmente, Gatti reside en Bahía Blanca, desde donde siguió la lectura del veredicto de manera remota.
El pasado lunes el tribunal integrado por Luciano Garrido, Emilio Stadler y Verónica Rodríguez escuchó los alegatos de la fiscal Graciela Echegaray, la querellante Gabriela Prokopiw y la defensa de Joaquín Hertzriken Catena.
Echegaray pidió en la audiencia de cesura que Gatti sea condenado a ocho años de prisión efectiva. Lo hizo luego de presentar a cuatro testigos con los que intentó dejar de hablar de las víctimas de las imágenes de abuso sexual infantil como anónimas y explicar que detrás de cada menor que aparece en los videos hay una historia dramática.
La fiscal también buscó describir el perfil de quienes descargan este tipo de material. La psicopedagoga y miembro de la Oficina de la Atención a la Víctima de Ministerio Público Fiscal (Ofavi), Graciela Hussein, utilizó el concepto de «testigos intencionales de padecimientos de niños, no solo en cuerpo y sino también de psiquis». Y habló de «testigo gozoso de la crueldad», una idea que resume a los consumidores de las imágenes de abuso sexual infantil.
Después fue el turno de Prokopiw, la querellante, que también presentó una testigo y solicitó 10 años de prisión para Gatti.
Los pedidos de pena fueron rechazados por la defensa representada por Hertzriken Catena, que explicó que se veía sorprendido por el monto de pena solicitado por la acusación, que su asistido “no es responsable de que esos videos sigan circulando, mi asistido tiene una participación muy pequeña en relación a la circulación de esas imágenes”.
“Nuestro asistido fue un simple nodo, en esa red de peer to peer, aquí no hay distribución ni producción, por ello es que pedimos la pena de tres años en suspenso y se declare la inconstitucionalidad del Art. 128. Subsidiariamente solicito al Tribunal que dicte el mínimo de pena de cuatro años”, concluyó el defensor.
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