El decano de la Facultad de Ciencias Agrarias Esteban Jockers se refirió al robo de los tres ovinos machos durante el fin de semana en el campo de la institución. Reiteró que no son aptos para consumo humano por el tratamiento medicamentoso que reciben.
Se sospecha que ese no era el objetivo de los ladrones, sino que tendrían un fin más sofisticado, dado que son producto de un entrecruzamiento aplicado en un proyecto para desarrollar la ganadería ovina en las zonas bajo riego, por lo que tendría utilidad como reproductores por su capacidad genética.
El decano indicó que el predio posee un sistema de seguridad con serenos, iluminación y cámaras y si bien se abstuvo de dar más detalles por la investigación que inició la Justicia Federal, las medidas de protección revelan que el abanico de hipótesis se reduce.
En un posteo que realizaron en las redes sociales pidieron la colaboración a la comunidad para recuperar a los animales y aportar datos a la pesquisa judicial que permita atrapar a los responsables de la sustracción.
Sin embargo, hasta la mañana de este miércoles no habían recibido datos que les permita avanzar con las averiguaciones, indicó Jockers.
El directivo destacó que desde abril último han sufrido seis robos de animales en el predio universitario que se encuentra a la vera de la Ruta Nacional 151, rodeado de chacras y poco más de 2 kilómetros de Cinco Saltos.
En anteriores episodios los ladrones sacrificaron los animales ahí mismo, por lo que se presumió que lo hicieron para comerlos.
Pero aclaró que en este caso los autores se ocuparon en elegirlos. De allí que crecen las presunciones de que se los apropiaron para comercializarlos como reproductores.
De todos modos, Jockers aclaró que la maniobra también puede expuesta porque los carneros, como el resto del rebaño, tienen la señal legal de la Universidad, por lo que pueden ser identificados fácilmente.
Los ovinos robados fueron engendrados con reproductores propios que tienen como destino la experimentación e investigación. En este caso puntual forman parte de un proyecto para desarrollar la cría en las zonas irrigadas, como ocurre en el IDEVI, el área rural cercana a Viedma.
Jockers destacó que es una labor que les evita tener que salir a comprar animales y les permite reducir costos, relevante en la actualidad dado el ajuste presupuestario que padece la educación universitaria por parte del gobierno nacional.
En la sede sáltense tiene una majada para realizar trabajos de docencia y experimentación.
Los animales reciben tratamientos sanitarios, con aplicaciones de medicamentos, entre ellos antiparasitarios, por lo que lo que no está recomendado que su carne no sea consumida por humanos.
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