La difícil tarea de estar informado

En la jerga periodística se utilizaba en otros tiempos la sentencia “le vendieron pescado podrido” cuando algún comunicador difundía alguna cuestión inexacta que intencionalmente le habían comentado y que no había sido chequeada convenientemente, en aquellos tiempos por, al menos, dos fuentes.

Los avances tecnológicos hicieron que el mundo cambiara y lógicamente el periodismo cambió, pero particularmente en nuestro país, se sumaron a la excesiva utilización y fragmentación de las redes sociales, algunas cuestiones adicionales, y aparecieron los del “periodismo militante”, “la grieta”, “los ensobrados”, y muchas otras denominaciones que no hicieron más que seguir desprestigiando a quienes ejercían la otrora tan digna profesión.

Y así surgieron los que le creen a los de un bando y descreen de los otros, miran o leen o escuchan, solo a unos que los satisfacen en su pensamiento, y denostan a los otros por “mentirosos”, “ensobrados”, “militantes”, “kirchneristas”, “derechosos”, “zurdos”, u otros términos en los que la gran mayoría de los comunicadores más trascedentes han sido objeto.

Muchos de estos conocidos comunicadores, sobre todo los de la televisión porteña (pero que consumimos en todo el país), compraron el personaje por conveniencia, rencor, odio, o simplemente por convicción, pero en su gran mayoría han perdido el equilibrio que es lo que como mínimo, debería tener una persona que se dedique al ejercicio del periodismo.

Y en el medio de la saturación de tuits, tic toques, fake news, y los medios estamos los ciudadanos, muchos de los cuales se alimentan minuto a minutos de todo eso y creemos o descreemos todo eso.

Mensaje a los que creen ciegamente en algunos de estos personajes, aunque lo desmientan cuando se les dice. Sepan que por cualquiera de las cuestiones que mencionábamos unos párrafos más arriba, ellos actúan para sí mismo a para lo que les conviene y consecuentemente pierden el equilibrio.

Se podrían enumerar infinidad de casos y acontecimientos más o menos graves de lo que han dicho y hacen, pero voy a ejemplificar con uno más reciente, no tan grave en su connotación, pero  que tiene epicentro en la región y consecuentemente  es más fácil de comprobar.

Luis Majul en su programa del domingo en La Nación+ ocupó una parte importante de su espacio para una “muestra más de lo dañino y perjudicial que han hecho algunos políticos”. Mi comentario no es en defensa del acusado ni mucho menos, solo marcar un grosero error de lo que hacen aparecer como una investigación periodística y que nunca será enmendado o asumido por el periodista y si lo hace, solo ocupará unos pocos segundos en decir que a él lo informaron mal.

En el informe en cuestión Majul dijo que la Municipalidad de San Martín de los Andes firmó en 2014 con la Unión de Trabajadores de la Economía Popular vinculada a Juan Grabois, por la utilización de las instalaciones del ex Hotel Sol para la «Escuela Nacional de Organización Comunitaria y Economía Popular» por un plazo de 10 años.

En otro tramo del trabajo periodístico se presentó una imagen del Hotel (extraída de la publicación de un medio local del año 2019) mientras estaba en funcionamiento y una de la actualidad. Al mismo tiempo la periodista Silvina Martínez afirmaba señalando las fotografías: «Antes de Grabois, después de Grabois» mostrando “total ignorancia” de la historia de lo que ha sucedido en ese inmueble desde su fundación en 1974 hasta nuestros días, que cualquier habitante mayor de 20 o 25 años de San Martín de los Andes le podría haber contado.

En su última sesión el Concejo Deliberante de la ciudad cordillerana se manifestó al respecto diciendo que se trata de un informe que solo pretende “a partir de la mentira y el engaño, apuntar a los discursos de odio y de estigmatización del otro, solapando diferencias políticas»

Luego el cuerpo legislativo aclara y cuenta la realidad de la situación sobre la autorización en 2014 de un comodato con esa fundación, de dos aulas (300 m2) del enorme edificio para el dictado de cursos.

Lo lamentable es que sin dudas no fue un error, no le vendieron pescado podrido, fue a propósito buscando agredir a alguien que no piensa como ellos o sus jefes, pero que involucra y carga las tintas sobre gran parte de los ciudadanos comunes que consumen sus dichos y le creen y hacen suya la afirmación del periodista.

Y otra vez se agranda la grieta entre unos, otros y un tercer grupo. Los unos reafirmarán que todos los anteriores fueron unos delincuentes, los otros que es un ataque artero dirigido a un joven con futuro en la política y el tercero que termina pensando que los unos y los otros son el verdadero problema de esta sociedad.