Estamos próximos a una elección de nuevas autoridades nacionales y me parece oportuno reiterar un pedido que vengo realizando hace años, pero como sucede como tantas cosas referidas a la cuestión del inexistente federalismo en este país, todo sigue su curso con un inescrupuloso manejo desde el centro de nuestro mundo, que es Buenos Aires.
Y los que llegan sean del partido que sean, en la Casa Rosada y en el Congreso, se contagian de las bondades de la capital y se olvidan de que también existen las provincias y que en esos pueblos y ciudades del interior desde donde surgen la mayoría de los servicios de los que se sirven en la bella metrópoli, vive gente que tiene la mínima pretensión de comer, estudiar y cuidar su salud.
Desde donde esto escribo, se ha transformado hace algunos años en la segunda reserva mundial de gas en el mundo y los gobernantes provinciales y nacionales se regodean hablando del futuro que edificaremos a partir de Vaca Muerta y con sus declaraciones incentivan a mucha gente a intentar mejor suerte por esta zona.
Coincidimos en el proceso, y que es muy importante llevar el gas a Buenos Aires, a las provincias del Norte, a Chile, a Bolivia y a Brasil, pero sería oportuno que alguno de ellos se dé cuenta de que acá no estamos viviendo bien el presente y que alrededor nuestro hay gente que inexplicablemente no tiene agua ni gas.
Para nosotros esto es un inmenso dolor diario que no podemos resolver, para ellos es una situación que se da a miles de kilómetros de distancia en donde viven un puñado de personas cuyo voto no aporta nada a sus mezquinos intereses.
Los empresarios e inversionistas que se acercan por acá no lo pueden creer hasta que empiezan a preguntar sobre los servicios que les ofrecemos para que puedan radicar sus industrias. Cómo es posible que ningún político entienda y haga algo, que planifique, que además de ver lo que se pueden llevar, analice lo poco que hay que dejar a cambio.
Humildemente lo vengo pregonando desde principios del 2015 cuando todo esto parecía una utopía, y siendo legislador manifesté que era necesario desarrollar estrategias, ordenar y planificar el crecimiento que esto traería aparejado. Nadie escuchó y si escucharon nada hicieron.
Desde los municipios hacemos lo que está a nuestro alcance y más, pero lógicamente no alcanza. Solo pedimos que la Provincia y la Nación se ocupen de hacer lo que les corresponde para poder atender a nuestra gente y a la demanda que va surgiendo todos los días.
Acá, desde donde para muchos surge la solución para los graves problemas que la Argentina padece, desde donde se produce energía para abastecer la demanda del mundo, tenemos ciudadanos sin agua potable, ni gas natural en sus casas, y en sus ciudades no hay centros de atención de la salud acordes, ni patrulleros para la policía, ni caminos accesibles, y humildemente les pedimos que por lo menos nos den respuesta para superar estas dificultades.
La gente que aquí vive da mucho y recibe muy poco, ni siquiera lo mínimo indispensable como es tener agua limpia y a poder atender sus necesidades de salud, educación y la seguridad.
De verdad, particularmente en mi pueblo todos nos ilusionamos muchos con Vaca Muerta, pero la ilusión se va disipando día a día de manera inversamente proporcional a la cantidad de gas, petróleo y dinero que se están llevando desde abajo nuestro.
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